Mientras que MORENA tuvo que inventarse perfiles de mujeres sin experiencia que no les da para ser gobernadoras; en la oposición les dan a los hombres las candidaturas que saben que están perdidas.
La paridad de género ha tenido que ser impuesta por ley, porque de no ser así, las mujeres estarían muy lejos de ostentar puestos de poder en la política; sin embargo, la paridad también ha servido para alimentar un falso feminismo en donde los hombres siguen decidiendo por las mujeres, aun cuando haya secretarias de gobernación, gobernadoras y un gabinete federal que se presume ser paritario, pero que al final, se trata de un gabinete que poco puede opinar e inferir ante la presidencia.
En este sentido vale la pena analizar el escenario que hoy por hoy tiene Morena, ya que tuvieron que inventar perfiles de mujeres que tuvieron que llegar a ocupar espacios vacíos, ante la necesidad del 5-4 ordenado por el INE, así que Mario Delgado de pronto le dio por impulsar perfiles que por mucho tienen algún cargo de diputación o dos cargos en gobierno estatal, en donde nos queda claro, poca experiencia pueden ofrecer a los ciudadanos en ese sentido, claro que a Morena eso poco le importa, porque están muy confiados de que “si ponen una piedra de candidato, ganan”, según dicen las bases.
Tal es el caso de una Sasil o una Margarita o una Antares que por cierto nació en EEUU, quienes a pesar de tener algo de experiencia, en realidad no ofrecen la certeza de ser una buena opción para estados como Chiapas, Morelos y Guanajuato, que tienen desafíos de pobreza histórica y recientemente una inseguridad que ha escalado a proporciones inimaginables.
Pero lo que ve un Mario Delgado o una Citlali es cumplir una cuota de género, en estados donde la presidencia no esté en juego, dejando a un lado lo que realmente necesita el pueblo, basándose únicamente en decisiones oligárquicas de poder.
Y por otro lado, paradójicamente, la oposición juega a consolidar con sus mejores perfiles en los estados que tienen la posibilidad de dar la batalla, aquí manda un PAN que es la fuerza real de la alianza FAM y que ha preferido jugar con hombres en donde están bien posicionados y no desgastarse donde saben que Morena les lleva más de 20 puntos; como es el caso de Veracruz, que pareciera que solo tienen candidatos hombres de la familia Yunes, que aun cuando ya la han jugado para ser gobernadores y la han perdido, entregando el poder a uno de los gobernadores peor calificados a nivel nacional, prefieren ceder las candidaturas a hombres que saben que van a perder, antes que dársela a mujeres que si tienen carrera, perfil y que podrían (se ve muy difícil) pero podrían ser competitivas ante Morena, como una Anilú Ingram o Paty Lobeira.
Todo lo anterior, es prueba suficiente para entender que la paridad de género impuesta por ley, si bien es necesaria, seguimos siendo un México en donde los hombres siguen mandando en las decisiones del país, ocupando a las mujeres para lo que les conviene, como piezas en un tablero de ajedrez.